Los niños experimentan miedos variados a lo largo de su desarrollo. Los ruidos fuertes, los extraños, la soledad, animales como arañas, ratones, perros o serpientes, monstruos, brujas, fantasmas o alienígenas, las inyecciones o los dentistas representan una muestra de temores comunes en la infancia. Los miedos evolutivos son saludables, porque brindan la posibilidad de aprender a enfrentar situaciones difíciles y estresantes con las que ineludiblemente el niño se topará en su vida. Alrededor del cinco por ciento de los miedos infantiles son tan intensos que constituyen una fuente de sufrimiento, interfieren en ...